Neko

viernes, 5 de enero de 2007

Cuando la Fe debe mover Montañas

Hoy... ocurrió el espectáculo más incalculablemente conmovedor en la comuna.
No; no se trata de las Obras de Teatro del Zicosur [En caso de que mañana quieran presentarlas aún]. Tampoco se trata de un nuevo "escándalo" del mundo "político" del lugar... se trata de algo que no resulta ajeno para nadie, ni siquiera para las personas que le "hacen la contra" a su idiosincracia, ni para quienes que "tienen otra fanaticada".

...
Cómo decir "a lo valiente" que ha desaparecido la Parroquia. Que lo único que resta por la Avenida Prat son sus chamuscados trozos de madera calcinada.
De sus santos, quedan los vidrios carcomidos en los que se ensimismaban, y una que otra lágrima de las pocas señoras que vi lamentándose por el horrible percance.

Todo se destruyó.
Habitaciones, libros, cuadros y lienzos; instrumentos, secretos, personas que ya no nos acompañan, tiendas - comercio. Tengo entendido que casi acaba con el Comedor de la misma parroquia, mas salvó sólo por la bien voluntariada idea de traer maquinarias para cortar con la destrucción en pleno.
De la "Compañía de Bomberos"... no sé qué decir.
¿A las 20.30 recién vinieron a percatarse de que la obra más delicada de la zona se consumía... se derretía como sus opciones de ayudar?

No se necesitó de un Apocalipsis por Adelantado, puesto que la misma fulmitante incineración nos castigó bien con un cielo gris con nubes naturales, y tan opaco y negro... vacío, con humo de malos tiempos por venir.
El panorama es desolador. Drástico como la huella que va a quedar desde mañana... desde las mismas 20.30. Como silenciando de una inconcebible vez toda mirada en menos, todo concepto de fetichismo con que le tenían.

Es algo que lastima... que "pica" y hiere.
E algo por lo que no puedes evitar decir "Qué Pena", sin que exista el típico weón que te mire como "Hum... ofreciéndole lástimas a lo que no está".

Desde la casa se siguen oyendo las tronadas de calaminas, las murallas demolidas... la madera acongojada.
La ciudad huele a pérdida... a luto sin calma. A incienso lamentándose. A tierra húmeda, medio cansada ya de esperar horas. A sudor de ceras, y a atribuciones por rendir a los fieles, más que a los "Trabajadores de Apagar" dolor.
Tengo las manos con gusto a carbón triste... como la de aquéllos 15 años atrás.
Tengo la cara esfumada, decepcionada de ver tanto fanático por lo "diferente" y a tan poco compañero de la ayuda inmediata.

Yo, que desaparecí de "ese mundo" hace tantos años ya, y me duele el cuerpo... me arde herido el alma... qué me queda sentir por estas Personas de Unidad, que un día lo dan todo y al otro... los dejan con nada.

Respecto al título... ¿Las moverá, al fin? Más allá de que reconstruyan -algún día- el templo Católico de Taltal... ¿Se sentirá ese aire de Fe, una y otra vez más... como antes... como siempre? No soy de las que comprende Señales precisamente, mas sí sé la diferencia que lleva una persona irrespetuosamente seria, con ojos de lince y de brazos cruzados atraída hacia un "algo" y otra que se acongoja hasta el corazón y de regreso a sus poros, ocultando la amargura en que, con la tristeza, conspiran los pliegues en su rostro.

Te extraño, Taltal... te juro que no hay día en que no te extrañe, Taltal.


Iglesia San Francisco Javier
[1890 - 2007]

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